sábado, 31 de enero de 2009

Mi conciencia

Mi conciencia:

La línea de mi conciencia
Como grietas de la memoria
Rompiendo los colores del aura.
Los crujidos de los viejos muebles
De mi cabeza,
Gruñen al llegar la noche oscura.
La luz de la tenue vela enfoca
Las paginas leídas de mis ojos
Con los parpados entreabiertos
Como tapas polvorientas
De piel gastada por el roce
De los dedos dormidos del tiempo.
¡Suspiros! Apenas casi sonidos,
Que navegan en las oleadas del polvo
Acumulado en las líneas escritas
de mi vieja historia.
Líneas de mi conciencia,
Que plasmadas sobre las hojas
Quieren recordar calendarios
Para los dioses de mi silencio
Que callan los días marcados
Por lo acaecido en los surcos de mi frente,
Flechas que recuerdan la línea
Que transcurre desde mi horizonte al abismo
De mi pensamiento.
Como si fueran arenas movedizas del cuerpo
Haciendo desaparecer los años,
Años tatuados,
Bajo el rosa palidecido de mis manos
Que se esconden en vacíos bolsillos
De épocas sin reflejos.
Pasa el sentimiento,
Y la línea de mi conciencia se agranda,
Pero la capa envejecida de mí ser...
Cada día, la vida gasta.

F.Rubio

viernes, 30 de enero de 2009

Vergel

Vergel:
Existió un mundo fértil
Que rociemos con pesticidas
De malas artes.
Un vergel que florecía
Con el riego de la esperanza,
Y que abandonemos,
A merced de la mala hierba.
Jardín de elixires,
Que rezumaba fragancia,
Ahora convertido en cementerio
De palabras muertas.
Palabras ennegrecidas por incautos,
Lenguas viperinas
De flechas envenenadas.
Hemos creado un desierto
De corazones agrietados,
Que se secan desangrados,
Cristalizando las lágrimas del cielo.
¿Existió un mundo que
quizás no era el nuestro?



F.Rubio

domingo, 25 de enero de 2009

Mi niña Daniela:


Mi niña Daniela:

Cuando los Ángeles te miran
envidia sienten al verte,
Tan frágil como el cristal
tan bonita que haces llorar,
Mi niña Daniela.
Has nacido para llenar corazones
de alegría,
Para derrumbar con tus ojitos
los muros de la tristeza,
Para sembrar campos de sonrisas.
Que luz trae tu llegada,
 y como la bendición de los panes…
Alimentas de amor nuestra casa,
Mi niña Daniela.
Manitas agarradas con fuerza
cogiendo el aliento eterno y
llenando de aromas el alma,
Y en la madrugada…
La luna y las estrellas de vida
te hicieron la cuna,
Mi niña Daniela.

F, Rubio ©