jueves, 4 de febrero de 2010

Se olvidó de volar.


Se olvidó de volar.

Rompió a llorar la golondrina, 
cuando se quedó sin barro para tejer su nido.

Sus alas que surcaban mis primaveras
se cansaron de dibujarme el cielo.

Se puso a llorar la golondrina,
cuando se helaron las flores
Y vio que había perdido el rumbo
entre el desierto y la nieve. 

Se olvidó de volar hacia el sur,
enamorada de un sueño 
que preñó su canto 
posada en mi ventana.

Se olvidó de volver de noche a su cama,
Se olvidó: que en el norte,
las noches de invierno son frías y largas.

Y lloró la golondrina,
sabiendo que no volvería
a anidar bajo mis pestañas.

Y llora la golondrina,
porque no podrá volar entre mis ojos y el sol.

Se le han secado las alas, 
dormida en el beso de un invierno.


F. Rubio

4 comentarios:

  1. La inercia del vuelo nace en la ilusión, si está se maltrata o se pierde... todo quedará entre brumas... y ni n rayito de luz favorable se recordará... quenada ni nadie pare esa inercia.

    con ariño, esencia.

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  2. Es una de las aves migratorias con un admirable sentido de la orientación y recuerda los lugares de un modo sorprendente, siendo capaz de encontrar su nido del año anterior.
    Y como decía Becquer “ Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar,
    y, otra vez, con el ala a sus cristales
    jugando llamarán…”;
    y con tan bello verso seguro que volverá, un beso xiyu.

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  3. Gracias Esencia, que así sea, y el rumbo de la vida siga su paso, un abrazo.

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frrbadia@gmail.com