lunes, 28 de julio de 2008

El indigente



El indigente

Cartones amontonados en la escalera,
ropa sucia del maltrecho suelo,
tiritando de frío, el mendigo duerme,
en la puerta del cajero automático.
Gente que pasa y lo mira con hastío,
jóvenes que se burlan de su pobreza,
Miradas y risas que no le duelen.
Pues el dolor… Es su compañero,
sueña cada noche junto a el
y se juegan la vida a pares y nones.
La muerte se sienta en los cartones,
esperando su último amanecer,
¿Quizás mañana no despierte?
¿O quizás un ángel venga ha verle?
Amanece… No hubo suerte,
toca mendigar en el quicio de la puerta
de la catedral del santo padre,
¡que ironía! las beatas entran a rezar
por la humanidad de la gente,
pero pasan sin mirar al indigente.
Una lata vacía en el suelo, ni una moneda,
un cartel que dice.
“Para comida, por consuelo,
solo para comida, que dios te lo pagara
arriba en el cielo”
Pero no llega el samaritano,
otra noche sin comer, tumbado en los cartones,
con su compañero de juego. ¡El dolor!
y la muerte sentada a su lado,
esperando que sea el último sueño.

F. Rubio

domingo, 27 de julio de 2008

Alameda




Alameda, tributo a García Lorca

Canta el ruiseñor en la alameda, 
mientras teje su nido la hembra, 
entre hojas de plata con hilos de oro, 
pues dentro de su cuenca posara su tesoro, 
perlas con pintas, de mañana eclosionan.
En la alameda el ruiseñor canta, 
y en la arboleda la vida llega, 
con plumas bronceadas de luz y trinos, 
el alba llega y la luna se viste de seda, 
para dormir en la cuna del agua, 
acompañada del lucero que la venera. 

F. Rubio

miércoles, 23 de julio de 2008

Amistad muerta




Amistad muerta:

Murmullos de sables necios,
suena el acero frío de la palabra,
con aires de hipocresía.
Palabras que no hacen ruido,
pero cortan el alma en pedazos
y dejan dolor en su paso.
Caligrafía contada al viento,
para derribar los árboles florecidos...
En las hojas del cuaderno.
Como huracanes de odio sin sonido,
derrumbando los cimientos,
de la amistad crecida una tarde...
En las líneas de la lectura.
Ortografía que se pierde en el submundo,
por los rencores de unas manos escondidas,
golpeando en el teclado.
Versos dolorosos que suenan dulce...
Pero con sentimientos encogidos,
por el veneno que mata la oración.
Verbos de un amigo,
que los murmullos fueron apagando,
con su candil de dolor.



F. Rubio

domingo, 20 de julio de 2008

La playa de los deseos

La playa de los deseos:

  

Tumbado en la arena blanca, 

quedo sumido en sueños 

contemplando los destellos 

que la llama de tu mirada refleja. 

Siento como el mar en la orilla 

esconde las caricias plateadas de la luna… 

entre las olas dormidas. 

El tacto de tu pelo entre mis dedos, 

acelera el fluir de mis sentidos 

como miles de mariposas encantadas, 

posándose en las margaritas. 

Tus manos recorriendo las dunas 

del fuego boreal de mi pecho, 

tus dedos jugueteando conmigo 

como juncos bailando  

con el cálido amor del viento. 

Tu suave cuerpo de porcelana 

me hace volar como una cometa, 

esperando el calor de tu aliento 

para formar una danza de besos. 

Besos que la noche sorprende 

en los abrazos de los amantes, 

como agua en la rosa de tus labios 

para calmar tú sed de gemidos. 

Mientras nos amamos sobre lechos 

de espuma sembrados de amores… 

en la playa de los deseos. 

 


Para las damas de la perla con todo el cariño.

F. Rubio (c) 

viernes, 18 de julio de 2008

Auroras de amor

Auroras de amor:

Si la luna contara historias,
serian de amores furtivos,
que escondidos en la noche,
danzan con caricias gemidas
y lienzos de besos húmedos.
El roce de los cuerpos desnudos
entre lazos de suspiros encendidos,
suspiros que empañan el iris
de los ojos de las estrellas.
Estrellas que esconden el silencio,
para perfumar miradas cruzadas,
colgando nuestras ropas
en las manos del deseo.
Que no se acabe la noche,
que la llama de los cuerpos
escriba el prologo de los amantes,
ocultos al destello de la mañana.
Y que el sol nos descubra amándonos,
junto a estelas de auroras exhaustas
por los amantes celestes.

F. Rubio

Baúl olvidado


Baúl olvidado:
He cerrado los ojos para mirar
en el espacio muerto
de un baúl olvidado,
en la esquina del silencio.

Suena un arpa, 
con las cuerdas desafinadas
por el sonido quebrado 
de recuerdos.

Mis pupilas se contraen,
recorriendo las imágenes
que sus notas me dibujan
en el trasluz de los sueños.

Como estrellas fugaces
pasan apenas en un instante,
y me golpean con su brillo
en los deseos perdidos.

Cerraré mis ojos, 
para encerrar mi pensamiento
en el trastero oscuro. 

Y contemplaré el paso de un cometa,
 reflejado en el cristal 
de mi ventana polvorienta
de olvidados días de sufrimiento.

Hoy limpiare el aura, 
y encerrare en ese baúl,
El arpa desafinada, 
las imágenes fugaces, 
los recuerdos polvorientos y,
Olvidare el rincón del silencio.





F. Rubio
A veces hay que encerrar los recuerdos
para que no nos dañen .