lunes, 25 de agosto de 2008

¿Como fue?




¿Como fue?


Como un jardín de rosas blancas de pasión,
así fue tu amor,
¿como fue?
si tu me mirabas y de amor yo palidecía,
¿como fue ?
que se apago el día y mi jardín se marchito,
¿que tristeza te oscureció para dejarme?
¿como fue?
que tu brillo ya no veo
y la oscuridad me duele en el interior de mis venas,
¿que daría yo?
para tenerte de nuevo en el edén
de la mañana iluminada por tus ojos,
y poder besar la silueta de tu cuerpo
en las arrugas de mi cama,
daría el mundo envuelto en lazos de caricias,
para poder besar tus pétalos de rosa perfumada
con carmines de añoranza encontrada,
¿como fue?
que se nos murió el amor.


F. Rubio

viernes, 8 de agosto de 2008

Senda equivocada



Senda equivocada


La bruma de la euforia cegadora,
que los años de juventud malogran
en aquellos que piensan,
que la droga es el elixir de los dioses.

Años de inocencia enmascarada
por cortinas de humo insinuantes de la mentira,
falsa apariencia embelesadora de agonía.

Quiero dejar de mirar detrás de la celosía
y mostrarte amigo,
que aquello que antaño creías,
no era la vereda que debías seguir.

Ahora en el cruce del camino,
- doy fe - ,
de que hay ángeles guardianes,
que alejan a los demonios
que caminan por el sombrío paseo
de la dura desesperanza,
para enmarañar tu sentido de la vida.

Amigo quiero darte las riendas,
aquellas que tú me diste con tu amistad,
y ponerle velas de alabanza
a la madre que pierde su vida,
para entregarla por la salud de los suyos
alejando las pisadas de los avernos de la ponzoña.

- Se fuerte -,
que los querubes del cielo te acompañan,
y no caminaras solo por la senda
que por recorrer te queda,
se fuerte amigo, cree en ti mismo.



F. Rubio

viernes, 1 de agosto de 2008

Llora la Alhambra



Llora la Alhambra:

Sombras de sangre en granada,
La tarde roja…
Llora la Alhambra.
El gitanillo, tarantos le canta,
se lo llevaron de madrugada.

Cortaron el tallo de la azucena,
en su pecho brilla…
La luna llena.
Dejaron al verde ciprés sombrío,
se oían los llantos de muerte.

El pintor se queda malherido,
sus lienzos…
Pierden el color.
Mataron de la poesía, al ruiseñor,
La emigrada tierra, pañuelos riega.

Con lágrimas de tristes poemas,
Los fusiles…
Sellaron su canto,
La fragua se viste de negro duelo,
pero nunca podrán callar al poeta,

Federico escribe…
Desde el cielo.




F. Rubio

lunes, 28 de julio de 2008

El indigente



El indigente

Cartones amontonados en la escalera,
ropa sucia del maltrecho suelo,
tiritando de frío, el mendigo duerme,
en la puerta del cajero automático.
Gente que pasa y lo mira con hastío,
jóvenes que se burlan de su pobreza,
Miradas y risas que no le duelen.
Pues el dolor… Es su compañero,
sueña cada noche junto a el
y se juegan la vida a pares y nones.
La muerte se sienta en los cartones,
esperando su último amanecer,
¿Quizás mañana no despierte?
¿O quizás un ángel venga ha verle?
Amanece… No hubo suerte,
toca mendigar en el quicio de la puerta
de la catedral del santo padre,
¡que ironía! las beatas entran a rezar
por la humanidad de la gente,
pero pasan sin mirar al indigente.
Una lata vacía en el suelo, ni una moneda,
un cartel que dice.
“Para comida, por consuelo,
solo para comida, que dios te lo pagara
arriba en el cielo”
Pero no llega el samaritano,
otra noche sin comer, tumbado en los cartones,
con su compañero de juego. ¡El dolor!
y la muerte sentada a su lado,
esperando que sea el último sueño.

F. Rubio

domingo, 27 de julio de 2008

Alameda




Alameda, tributo a García Lorca

Canta el ruiseñor en la alameda, 
mientras teje su nido la hembra, 
entre hojas de plata con hilos de oro, 
pues dentro de su cuenca posara su tesoro, 
perlas con pintas, de mañana eclosionan.
En la alameda el ruiseñor canta, 
y en la arboleda la vida llega, 
con plumas bronceadas de luz y trinos, 
el alba llega y la luna se viste de seda, 
para dormir en la cuna del agua, 
acompañada del lucero que la venera. 

F. Rubio

miércoles, 23 de julio de 2008

Amistad muerta




Amistad muerta:

Murmullos de sables necios,
suena el acero frío de la palabra,
con aires de hipocresía.
Palabras que no hacen ruido,
pero cortan el alma en pedazos
y dejan dolor en su paso.
Caligrafía contada al viento,
para derribar los árboles florecidos...
En las hojas del cuaderno.
Como huracanes de odio sin sonido,
derrumbando los cimientos,
de la amistad crecida una tarde...
En las líneas de la lectura.
Ortografía que se pierde en el submundo,
por los rencores de unas manos escondidas,
golpeando en el teclado.
Versos dolorosos que suenan dulce...
Pero con sentimientos encogidos,
por el veneno que mata la oración.
Verbos de un amigo,
que los murmullos fueron apagando,
con su candil de dolor.



F. Rubio