Ahora que me ha vuelto la angustia
y el aire me amarga,
Me vuelvo al infierno con zapatillas
y ropa usada;
Para que me recosan las heridas
con las cicatrices cerradas
aunque sangre por dentro.
Ahora que ya no me vuelvo,
Camino hacia delante
con la sombra a mi espalda
enganchada con puñales,
Clavada cual capa de señorío
Sin hacienda…
Con el despojo por bandera.
Ahora que el corazón se ha hecho piedra,
El alma se me ensancha
y fustigada ocupa mi horizonte,
Pinto vallas de alambres
y clavo en ellas las horas
que aparentaban…
Zancadillas azucaradas.
Ahora que arrastro los sueños
colgados de mi retina,
No dejaré que me invada la noche
en los descuidos de una luna.
F. Rubio ©