Telaraña de mentiras.
No podía creer lo que estaba viendo
frotaba mis ojos con las manos,
pero solo conseguía irritarlos más,
como si tratara de arrancar de sus pupilas,
las cosas que nos hacen daño al verlas.
Que ingratos son,
El necio, con sus necedades.
El mentiroso, con sus mentiras.
El falso, con sus falsedades.
Ni Belcebú les sonríe, pues de ellos no se fía,
ni en el infierno de Dante,
jamás hubo tal comedia,
creada para destruir la amistad.
Tejen telarañas de palabras disfrazadas,
atrapando la sonrisa de la honestidad,
dejando el eco vacío de verdades,
en un mundo abastecido de hipocresía.
Disfrazados de ovejas,
los lobos aúllan en el monte de la sinceridad.
Sigo frotando mis ojos,
sigo sin creer lo que veo,
trato de ensordecer mis oídos.
Pero solo oigo el daño que no deja de latir
en el interior de la herida que no sana,
infectada por las heces,
de la mentira enmascarada.
No podía creer lo que estaba viendo
frotaba mis ojos con las manos,
pero solo conseguía irritarlos más,
como si tratara de arrancar de sus pupilas,
las cosas que nos hacen daño al verlas.
Que ingratos son,
El necio, con sus necedades.
El mentiroso, con sus mentiras.
El falso, con sus falsedades.
Ni Belcebú les sonríe, pues de ellos no se fía,
ni en el infierno de Dante,
jamás hubo tal comedia,
creada para destruir la amistad.
Tejen telarañas de palabras disfrazadas,
atrapando la sonrisa de la honestidad,
dejando el eco vacío de verdades,
en un mundo abastecido de hipocresía.
Disfrazados de ovejas,
los lobos aúllan en el monte de la sinceridad.
Sigo frotando mis ojos,
sigo sin creer lo que veo,
trato de ensordecer mis oídos.
Pero solo oigo el daño que no deja de latir
en el interior de la herida que no sana,
infectada por las heces,
de la mentira enmascarada.
F. Rubio
"Una cosa es desear que la verdad esté de nuestro lado,
y otra muy distinta desear sinceramente estar del lado de la verdad. "