viernes, 30 de mayo de 2008

El loco del parque


El loco del parque:

El loco del parque:

Sentado en el parque está,

sobre la madera vieja

de un banco de color verde

con marcas de carcoma

en los costados.



El loco del parque…

Le dicen los niños

que lo ven hablar solo

con la mirada perdida en el suelo,

fijada en trozos de pan

que a los gorriones ofrece

con ademanes de amor.



Alguna vez le han visto sonreír solo,

quizás recordar,

¡quién sabe si tuvo hijos!



Pues nadie a su lado se sienta,

los ojos hundidos,

con lágrimas secas,

su cara arrugada,

delatan batallas pasadas.



El loco del parque le llaman

A veces...

le han visto llorar

besando un caduco retrato amarillento,

con la cara de una joven mujer,

recuerdo de un viejo amor.



Las madres que lo ven,

comentan que es educado,

pues a todas saluda.



El loco del parque le llaman,

porque lo ven hablar solo,

mirada a las nubes buscando su amor.



Dicen que voló

tras las alas de las palomas

eternas del cielo,

como vuelan los gorriones

que él alimenta con trocitos de amor

y lágrimas de corteza de pan seco.



El loco del parque le llama,

Ya no le quedan fuerzas,

se apoya en un viejo bastón de caña,

con empuñadura de piel negra,

negras como las tardes

que en el parque a él le quedan.



Cuando se oculta el sol...

Marcha,

nadie sabe de su hogar,

pero mañana vendrá

a alimentar a los pájaros,

con su viejo bastón,

su bolsa en la mano

y su retrato en el bolsillo.



Mirará las nubes del cielo,

besará la foto amarilla,

y repartirá pedacitos de amor con pan…



Quizás sonría

y las buenas tardes dé,

pero solo en el banco estará,

con la mirada clavada en el suelo,

fijada en los trocitos de pan,

el loco del parque... allí estará.

F. Rubio.

29 de Mayo de 2008

martes, 27 de mayo de 2008

Vuelta a empezar

Vuelta a empezar:
Volveremos

al principio del momento,

para seguir el mismo son

y seguir escuchando

las mismas palabras

que no llevan a nada.

Que se repiten con el paso del tiempo

y vuelta a empezar,

como la ruleta de la vida,

como el fluir del agua

que nace de las tormentas,

para formarse en ríos,

para acabar en el mar

y vuelta a empezar.

Sin pensar

que un día el cauce se desborda

inundando de momentos amargos

el vivir de cada día

de nuestras vidas,

que son efímeras.

Hay que vivirlas con espacios de alegrías,

compartirlas,

con los que creemos son…

nuestras almas gemelas.

Y no tener que volver

al mismo lugar de donde salimos,

Si no encauzar las aguas a su destino.

F. Rubio

Tus caricias

Tus caricias:

Las letras me endulzan el silencio de tus palabras,
solo la música de la guitarra
desgarra el murmullo de la madrugada,
para purificar el alma que se adormece,
por la caricias de tu mirada.
F. Rubio.

Mí gitana

Mí gitana
La luna bajo a beber al rio
y celo cogió al ver tu cara,
las hondas del agua rizan tu pelo
y los juncos te cantan una nana,
gitana y mora… tu piel, color aceituna
y tus ojos como la luz divina,
envidia de ti las estrellas tienen,
los luceros besarte quieren… Y tú,
gitana, solo canastos de mimbre tejes,
con bordados de corazones y en los lados...
el nombre de tu gitano pones.
Que la luna se haga espejo,
que las estrellas peinen tu pelo,
que los luceros besen tus manos
y que los juncos te canten la nana… Mi gitana.


                                                                F. Rubio

                                           

Esta noche cerrare la ventana


Anoche cuando dormía,

algo me abandono,
como un rumor de mi alma desvalida
y la ventana astral de mi ser,
encontró abierta.

Sentí marcharse,
al ave azul de los sueños,
solo ante la oscuridad
de la noche cerrada
me vi llorando sobre
los brazos de terciopelo,
de la madrugada desierta,
que ronda serena
las callejuelas
y plazas de los sentidos.

No quiero despertar vacío…
mi ventana sigue abierta,
quizás regrese
el aliento perdido en la orilla
del lago profundo
de la pesadilla agónica.

No quiero ver el alba
caminando sola
hacia la frialdad negra,
de mi cuarto de lágrimas.

Quiero seguir dormido
y que la luciérnaga nocturna,
ilumine el camino de regreso
de los sueños perdidos
en los jardines de estrellas fugaces,
que duermen en el regazo
del agua fría y bañan
el laberinto de montañas
de mi conciencia dormida.

Quiero cerrar la ventana
del desalojo de mi memoria,
para tener guardados
en el joyero etéreo del alma,
lo que mi vida recopiló
en los libros de mi existencia,
esta noche...
cerraré la ventana del sueño.



F. Rubio