martes, 13 de octubre de 2009

Que no nos vean los cuervos



Que no nos vean los cuervos: 
Entre las sombras encontré a un amigo 
agazapado en paredes de enredadas horas, 
¡Como sin conciencia! perdido. 
Incliné mi espalda y, agarré su mano, 
alcé su cara lavando el barro 
que cegaba su mirada. 

Compañero vente conmigo, le dije, 
andemos hacia delante, 
caminemos juntos sobre el polvo. 
dejemos nuestras huellas en la tierra 
para que recuerden donde estuvimos.
¡Que se entere la gente! 
Que juntos… hicimos camino. 

Amigo, escribamos nuestra historia 
en las caras de las piedras, 
que no se pierda en el zurrón de nuestras espaldas. 
Dejemos caer las semillas de nuestra poesía, 
para que nazcan mañanas mejores 
que guíen a nuevos juglares. 

Andemos mi amigo,
Si, ¡Andemos! 
no dejemos caer nuestros huesos 
en baldíos desiertos de secadas plumas. 

Que no nos vean los cuervos 
pastando en el desaliento. 
¡Marchemos amigo!…
Marchemos, 
que no se nos escape el destino, 
y la guadaña nos sirva para afilar 
la punta del mundo, 
la punta de nuestro lapicero. 
y si caemos…que nuestros pellejos 
sirvan… 
para las tapas del libro de nuestra amistad.

F. Rubio

lunes, 12 de octubre de 2009

Te echo de menos






Te echo de menos:

Como te digo que te echo de menos,
si al despertarme me encuentro solo
giro la cara, y mi cama esta vacía
Ya no respira soles, 
no tiene besos con café en las mañanas.

Como te cuento que me despierto llorando,
que la pesadilla se instalo en tu recuerdo,
y el momento de despertarme, para mi,
si no estas es un infierno.

Como te digo, que sin ti muero,
si no coges mis llamadas,
y la foto de mi cartera,
no me devuelve los besos.

Frágil vuelo



Frágil vuelo:

Sus alas de mariposa frágil
en sutil movimiento
intentando alzar el vuelo
apenas rozan el viento
y se quiebra su corazón
por el fracaso de sus intentos.
Quizás no sabe que la crucificaron
con alfileres a un papel de colección,
junto a los cadáveres de los Ángeles

en la primavera de un cajón.

F. Rubio (c)

domingo, 11 de octubre de 2009

Poemas en la oscuridad.


Poemas en la oscuridad.

Noches cerradas bajo llaves,
claustros de pensamientos,
mi mano perdida,
tiembla lamentos hilados de olvidos y llantos.

Escribo poemas en la oscuridad
persiguiendo veredas,
imaginando tu espalda en el papel
y mis dedos…recorriendo tu piel.

Ciego quedo, y calla el silencio
compartiendo el momento
de la lujuriosa memoria,
iluminando líneas fugaces
en la letanía interior de mis ojos,
y sigo escribiendo,
no se lo que veo, pero escribo lo que siento,
aun sabiendo que ya no te tengo.

Atado a mi cadena, entre el papel, tu recuerdo,
y mi sufrimiento,
cumplo la pena,
esa..si, esa que duele tan adentro,
la que no se quita ni recordando tus besos,
ni tan siquiera sintiéndome amado por otra.

Sigo anclado en tu puerto, y mi amarre,
Te lo llevaste de tu corazón prendido una noche.

Quisiera partir hacia ti,
que las luces del alba me enseñarán el camino,
poder dar los pasos,
y seguir el destello moreno
de los brazos rodeando tu cintura,
pero ya estas lejos,
veo que se escapa tu imagen de mis dedos,
como el humo de mi candela,
soplado por una traicionera brisa
que aparta tu calor de mis manos
enfriando el cálido rescoldo,
que dentro de mi, queda frío,
y se va haciendo eterno,
eterno y negro, como la oscuridad
donde te escribo poemas.


F. Rubio (c)

miércoles, 7 de octubre de 2009

Recuerdos de soledad


Recuerdos de soledad:

Un puente que se derrumba
Otra orilla inalcanzable,

Otro amor que se destruye
un corazón que entristece.

Olas que borran las huellas,
Una playa que llora desierta.

Noches de luna sin amantes
Mares que no encuentran sus besos.

Ahora mis manos solas,
Mis ojos mirando vacíos.

Mi boca buscando el eco
de tu boca.

F. Rubio (c)

domingo, 20 de septiembre de 2009

Cien lunas y cien espejos.


Cien lunas y cien espejos.

Cien lunas en el reflejo del cielo,
Estrellas fugaces paseando destellos,
Y la cola de un cometa prendida en tu pelo,
Que imagen de diosa de los fuegos eternos y bellos.

En el reflejo del cielo cien espejos,
Mi mirada embelesada de tu hermosura,
Y las acuarelas de la noche parpadeándote a lo lejos,
No hay lienzo mas perfecto,
Tu desatas mi locura.

En el cielo, cien espejos y cien lunas,
Y en mi lecho la mujer que me ama,
Ni los cielos, ni las lunas, 
ni tan siquiera los espejos del azul de la mañana,
son tan sublimes, ni tan eternos,
como el retablo de tu cuerpo dibujado en mi cama.

F. Rubio