(A mi hermano Juan Antonio nunca te olvido)
Lágrimas del corazón
Anoche asomado a la ventana,
como cada noche desde que no estás,
te di las buenas noches hermano,
hay un lucero que me refleja tu cara
y me asomo para hablarte,
las lágrimas se derraman sobre la oscuridad,
como si de una lluvia de dolor se tratara.
Te echo de menos hermano,
trato de encontrarte saludándome
en la acera de enfrente sentado,
me pregunto a mi mismo ¿Estarás bien?
¿Tendrás a padre a tu lado?
Seguro que sentado contigo está,
contemplando el cielo estrellado,
vigilando la estela de nuestras vidas.
No dejo de soñarte, de recordarte,
de amarte y en mis sueños,
recuerdo los juegos de niños,
recuerdo los soldados con la cabeza cortada
por mis travesuras de hermano menor,
hoy la guitarra casera…
de cuerdas de tender la ropa
que de niños hacíamos,
suena triste en mi memoria,
esta noche recuerdo el bloc de autógrafos
de jugadores de futbol y sus camisetas pintadas,
que dolor hermano, que vacío dejaste,
nunca dejaré de soñarte, mi hermano, mi amigo,
mi compañero de juegos, mi confidente,
mi pedazo de corazón, me ha dejado sin luz,
pero cada noche saludaré al lucero,
por que se que él está en el cielo,
sentado junto a mi padre,
velando por mi madre,
esta noche te saludo hermano,
besando ese lucero.
F. Rubio ©
Anoche asomado a la ventana,
como cada noche desde que no estás,
te di las buenas noches hermano,
hay un lucero que me refleja tu cara
y me asomo para hablarte,
las lágrimas se derraman sobre la oscuridad,
como si de una lluvia de dolor se tratara.
Te echo de menos hermano,
trato de encontrarte saludándome
en la acera de enfrente sentado,
me pregunto a mi mismo ¿Estarás bien?
¿Tendrás a padre a tu lado?
Seguro que sentado contigo está,
contemplando el cielo estrellado,
vigilando la estela de nuestras vidas.
No dejo de soñarte, de recordarte,
de amarte y en mis sueños,
recuerdo los juegos de niños,
recuerdo los soldados con la cabeza cortada
por mis travesuras de hermano menor,
hoy la guitarra casera…
de cuerdas de tender la ropa
que de niños hacíamos,
suena triste en mi memoria,
esta noche recuerdo el bloc de autógrafos
de jugadores de futbol y sus camisetas pintadas,
que dolor hermano, que vacío dejaste,
nunca dejaré de soñarte, mi hermano, mi amigo,
mi compañero de juegos, mi confidente,
mi pedazo de corazón, me ha dejado sin luz,
pero cada noche saludaré al lucero,
por que se que él está en el cielo,
sentado junto a mi padre,
velando por mi madre,
esta noche te saludo hermano,
besando ese lucero.
F. Rubio ©
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