La Sherezade del pañuelo.
La vida a veces parece un cuento
y nos deja mil y una historia,
que pasa ante los ojos cada día
entre asfalto, jardines
y solares derruidos,
llenos de escombros, semáforos y flores
una sherezade reparte diarios,
y pañuelos desechables,
para poder pasar los días
y algunas noches,
ante una fogata vestida de harapos.
Morena en apariencia,
o quizás la cara sucia
del humo de los tubos de escape,
pero una princesa,
en su fuente imaginaria,
que dejó atrás su casa
con la ilusión de volver algún día a su tierra,
y sacar a su familia de la pobreza.
Brega cada mañana,
acercándose a las ventanas de los autos
ofreciendo un paquete de pañuelos,
si se lo compras,
sonríe,
y te da las gracias agachando su rostro.
Ojos negros y piel morena,
como sacada del cuento,
Sin alfombra mágica,
tan solo unos cartones
evitando las húmedas noches
en el desierto,
de una ciudad extraña.
Semi apagada la hoguera,
sueña con luces de ámbar,
rubíes,
y verdes esmeraldas.
Aparcada en una isleta de la calzada,
entre caravanas de ruido,
que no de seda.
La sherezade del semáforo,
me cuenta una historia sin final,
esperando un euro por su pañuelo,
y que mañana,
vuelva a pasar por su palacio de cartones
alfombrando su jardín persa,
de césped mal cortado
y adoquines de piedra,
como si el Rey Shariar,
su cuento escuchara sin final,
día tras día, en su paso de peatones,
de no sé qué ciudad.
F. Rubio
y nos deja mil y una historia,
que pasa ante los ojos cada día
entre asfalto, jardines
y solares derruidos,
llenos de escombros, semáforos y flores
una sherezade reparte diarios,
y pañuelos desechables,
para poder pasar los días
y algunas noches,
ante una fogata vestida de harapos.
Morena en apariencia,
o quizás la cara sucia
del humo de los tubos de escape,
pero una princesa,
en su fuente imaginaria,
que dejó atrás su casa
con la ilusión de volver algún día a su tierra,
y sacar a su familia de la pobreza.
Brega cada mañana,
acercándose a las ventanas de los autos
ofreciendo un paquete de pañuelos,
si se lo compras,
sonríe,
y te da las gracias agachando su rostro.
Ojos negros y piel morena,
como sacada del cuento,
Sin alfombra mágica,
tan solo unos cartones
evitando las húmedas noches
en el desierto,
de una ciudad extraña.
Semi apagada la hoguera,
sueña con luces de ámbar,
rubíes,
y verdes esmeraldas.
Aparcada en una isleta de la calzada,
entre caravanas de ruido,
que no de seda.
La sherezade del semáforo,
me cuenta una historia sin final,
esperando un euro por su pañuelo,
y que mañana,
vuelva a pasar por su palacio de cartones
alfombrando su jardín persa,
de césped mal cortado
y adoquines de piedra,
como si el Rey Shariar,
su cuento escuchara sin final,
día tras día, en su paso de peatones,
de no sé qué ciudad.
F. Rubio
Bravoooooooo. Cada día me sorprendes más, nos deleitas con tus versos, y en este mezclas verso y prosa, seguro que te atreves hasta con cuentos. Animo poeta, un beso xiyu.
ResponderEliminarUN POEMA
ResponderEliminarVERDADERAMENTE
MUY HERMOSO,
LLENO DE VIVENCIAS,
DE MELANCOLÍA, NOSTALGIA Y, DE ESE SILENCIO MÁGICO QUE CASI SIEMPRE ENVUELVE LOS MOMENTOS DEL AMOR, EN LOS
QUE HABLAN LOS SENTIMIENTOS Y NO SON NECESARIAS LAS PALABRAS.
http://amalialateano.blogspot.com
Un besito
GALA
Feancisco tienes un regalito en mi blog de premios, si quieres pasa a recogerlo
ResponderEliminarMañana te comento
Un abrazo
Stella
Gracias xiyu por tus hermosas palabras, eres un sol mi niña.
ResponderEliminarAmiga zarina, es un honor tenerte entre mis versos, muchisimas gracias por tus bellas palabras y sentimientos, pasare por tu foro, un abrazo poeta.
ResponderEliminarGracias mi querida Stella, lo recojo y lo cuelgo en el blog con todo mi amor, es muy bonito te lo agradezco cielo, un beso.
ResponderEliminarTu poema Francisco llega, mueve las fibras intensamente del ser...preciosos versos
ResponderEliminarUn abrazo
Stella