Yo soy la culpa:
Voy a pasar inadvertido por la vida
para no molestar al silencio en su descanso,
Me acurrucaré en el bolsillo de mi sombra
para no robarle protagonismo al llanto.
Caminaré descalzo y de puntillas,
Para no manchar la impoluta virginidad
de la lengua de las mariposas
Y el perfume de las soleadas mañanas
después de llover toda la noche
En los horizontes de mi mirada.
Voy a vivir sin ruido,
Para que no me descubra la culpa
y cargue más mis hombros
de pesadas losas enfangadas
En hechos con pasado de juventud alocada
y actos de madurez inacabada.
Voy a borrar mi silueta,
Para no estorbar al polvo suspendido en el aire
cuando filtra la luz que entra por mi ventana
rayando paralelos inocuos, robados al día.
Voy a cerrar mi garganta,
Para no dar malos consejos y vacíos discursos;
De novelista sin historias
y guionista de mimos muertos.
Voy a diseminar mi cuerpo,
Para no dejar mí huella en el respaldo de una silla.
Voy a cerrar mis manos, a cerrar mis ojos,
Y así nadie sufrirá más daño.
Dejadme a mí las culpas, y yo,
Las enterraré en mi calvario.
F. Rubio (c)