sábado, 7 de junio de 2008
Volvere
viernes, 6 de junio de 2008
La pequeña rosa
jueves, 5 de junio de 2008
La memoria de la noche
y con sus lágrimas… ilumina el agua…
el agua… del rocío del alba.
Mi amor no despierta sin cielo,
pero me deja de madrugada,
no cierres las ventanas… quiero sentir…
sentir….como mi corazón te reclama
con las brumas de la mañana.
Mi aurora se ha vuelto descuidada,
pues no tiene…. de la noche la memoria,
los sueños se apagan como una flor deshojada
que marchita el brillo de tu mirada,
pétalos de estrellas… la luna lloraba…
lloraba la luna... por la noche sin memoria.
domingo, 1 de junio de 2008
Viejo trovador
Paseando por senderos trazados
por las huellas de los amantes,
mirando los corazones tatuados
en la corteza de los arboles,
me encontré como un viejo trovador
que paseaba enamorado
entre las hojas marchitadas
por el otoño lánguido del tiempo,
sintiendo el murmullos de las piedras
que a mi paso me contaban
historias de primaveras adormecidas
en el crisálido letargo de la vida,
que se apagaron escondidas
tras las tiernas caricias de la adolescencia
furtiva de besos entrelazados
por los labios de las estaciones del amor.
Amor que respiran las flores,
con susurros de viento perfumado,
explicando a mis oídos los recuerdos
que vivimos tras la sombra de la vereda
de nuestros cuerpos desnudos,
como levitando en los brazos de Morfeo
y soñando lo sentido sobre el manto de la hierba.
Me viene a la memoria el perfume de tu pelo
que como fragancias inolvidables
que no se perturban al tacto de la suave lluvia
que va calando mi alma,
como si fueran heridas que no cicatrizan,
porque sangran la savia del árbol
donde nuestro amor quedó grabado
y se hace eterno,
hoy recuerdo en mí,
el paseo de mi memoria ya cansada
y me siento en la piedra fría,
para contemplar esas letras
que mi mano puso en el árbol de nuestra vida.
La amistad
Un día encontré la amistad,
F. Rubio
viernes, 30 de mayo de 2008
El loco del parque
El loco del parque:
Sentado en el parque está,
sobre la madera vieja
de un banco de color verde
con marcas de carcoma
en los costados.
El loco del parque…
Le dicen los niños
que lo ven hablar solo
con la mirada perdida en el suelo,
fijada en trozos de pan
que a los gorriones ofrece
con ademanes de amor.
Alguna vez le han visto sonreír solo,
quizás recordar,
¡quién sabe si tuvo hijos!
Pues nadie a su lado se sienta,
los ojos hundidos,
con lágrimas secas,
su cara arrugada,
delatan batallas pasadas.
El loco del parque le llaman
A veces...
le han visto llorar
besando un caduco retrato amarillento,
con la cara de una joven mujer,
recuerdo de un viejo amor.
Las madres que lo ven,
comentan que es educado,
pues a todas saluda.
El loco del parque le llaman,
porque lo ven hablar solo,
mirada a las nubes buscando su amor.
Dicen que voló
tras las alas de las palomas
eternas del cielo,
como vuelan los gorriones
que él alimenta con trocitos de amor
y lágrimas de corteza de pan seco.
El loco del parque le llama,
Ya no le quedan fuerzas,
se apoya en un viejo bastón de caña,
con empuñadura de piel negra,
negras como las tardes
que en el parque a él le quedan.
Cuando se oculta el sol...
Marcha,
nadie sabe de su hogar,
pero mañana vendrá
a alimentar a los pájaros,
con su viejo bastón,
su bolsa en la mano
y su retrato en el bolsillo.
Mirará las nubes del cielo,
besará la foto amarilla,
y repartirá pedacitos de amor con pan…
Quizás sonría
y las buenas tardes dé,
pero solo en el banco estará,
con la mirada clavada en el suelo,
fijada en los trocitos de pan,
el loco del parque... allí estará.
F. Rubio.
29 de Mayo de 2008
martes, 27 de mayo de 2008
Vuelta a empezar
al principio del momento,
para seguir el mismo son
y seguir escuchando
las mismas palabras
que no llevan a nada.
Que se repiten con el paso del tiempo
y vuelta a empezar,
como la ruleta de la vida,
como el fluir del agua
que nace de las tormentas,
para formarse en ríos,
para acabar en el mar
y vuelta a empezar.
Sin pensar
que un día el cauce se desborda
inundando de momentos amargos
el vivir de cada día
de nuestras vidas,
que son efímeras.
Hay que vivirlas con espacios de alegrías,
compartirlas,
con los que creemos son…
nuestras almas gemelas.
Y no tener que volver
al mismo lugar de donde salimos,
Si no encauzar las aguas a su destino.
F. Rubio
Tus caricias
Mí gitana
y celo cogió al ver tu cara,
las hondas del agua rizan tu pelo
y los juncos te cantan una nana,
gitana y mora… tu piel, color aceituna
y tus ojos como la luz divina,
envidia de ti las estrellas tienen,
los luceros besarte quieren… Y tú,
gitana, solo canastos de mimbre tejes,
con bordados de corazones y en los lados...
el nombre de tu gitano pones.
Que la luna se haga espejo,
que las estrellas peinen tu pelo,
que los luceros besen tus manos
y que los juncos te canten la nana… Mi gitana.
Esta noche cerrare la ventana
Anoche cuando dormía,
algo me abandono,
como un rumor de mi alma desvalida
y la ventana astral de mi ser,
encontró abierta.
Sentí marcharse,
al ave azul de los sueños,
solo ante la oscuridad
de la noche cerrada
me vi llorando sobre
los brazos de terciopelo,
de la madrugada desierta,
que ronda serena
las callejuelas
y plazas de los sentidos.
No quiero despertar vacío…
mi ventana sigue abierta,
quizás regrese
el aliento perdido en la orilla
del lago profundo
de la pesadilla agónica.
No quiero ver el alba
caminando sola
hacia la frialdad negra,
de mi cuarto de lágrimas.
Quiero seguir dormido
y que la luciérnaga nocturna,
ilumine el camino de regreso
de los sueños perdidos
en los jardines de estrellas fugaces,
que duermen en el regazo
del agua fría y bañan
el laberinto de montañas
de mi conciencia dormida.
Quiero cerrar la ventana
del desalojo de mi memoria,
para tener guardados
en el joyero etéreo del alma,
lo que mi vida recopiló
en los libros de mi existencia,
esta noche...
cerraré la ventana del sueño.
F. Rubio
lunes, 26 de mayo de 2008
Banderas de losas grises:
alpinista navarro.
Banderas de losas grises
La cima del mundo te conoce,
tierra de hielo y noches largas,
altares de piedra con mantos blancos,
señales clavadas de sacrificios baldíos,
ceremonias de sabiduría te harán.
Llegaste a la cumbre y allí quedaste,
plantaron semillas de sangre y agobio,
por la morada de un cielo sin dueño.
Rompieron los témpanos eternos,
en tu descanso sobre banderas de losas grises,
que el agua exculpe con su lengua helada.
Del cielo caerá una estrella,
para iluminar tú lapida ardiente
como soles de invierno,
semejando ángeles en la tierra que amaste
y cautivo tu cuerpo inerte,
en ella queda,
sobre el suelo frio y la niebla baja,
tu alma se fundió dormida y el aire
te acurruca como cantándote una nana,
para despedirte en sueño de muerte,
en tu montaña sagrada.
Mañana volverán sobre tus pasos,
y con lágrimas heladas regarán tus huesos
para que florezca el hielo del recuerdo
y levantarán un puente entre la tierra y el cielo,
para no olvidar que hay yace...
un montañero.
F. Rubio
A mi niña
de olores puros
y brillos del cielo.
Rosas blancas,
de perfumes eternos
y roció claro,
así es mi niña
y por eso la quiero.
Luz de luna
en noches claras,
en compañía de estrellas
reflejando su cara,
así es mi niña
y por eso la quiero.
Olas azules
rizando el mar,
con la mirada suya
puesta en el horizonte,
te quiero mi niña,
como cuando naciste
y con tu llanto
llenaste nuestra vida
de alegrías
con sabor a esperanza,
así espero que sea tu amor,
como flores blancas,
de perfumes suaves
y roció claro,
con luz de amor,
porque mi niña, te quiero.
Como viejos robles:
así somos por fuera,
pero por dentro savia nueva,
con cortezas arrugadas del paso del tiempo,
pero con hojas nuevas,
en las estaciones que por llegar quedan,
como libros amarillentos de viejos,
ojeados por estudiantes noveles,
así somos los navegantes del tiempo.
Cicatrices de vejez en la piel
y surcos de sabieza,
pero jóvenes en el pensamiento,
nosotros llevaremos las cadenas,
por los que han de llegar,
nosotros les diremos,
que no importa lo que has sido,
importa lo que serán,
como viejos robles,
así somos por fuera,
con savia nueva y corteza arrugada.
F. Rubio
Olor a verano tiene la mañana:
con su vuelo alegre me despierta,
como golondrinas azules,
planeando sobre mi cama,
qué alegría al abrir la ventana
y sentir el aroma a flores de día nuevo.
Olor a verano tiene la mañana,
callejuelas blancas de cal recién pintada,
reflejando sombras del vuelo de la paloma,
como canta el jilguero al romper el alba,
nidos de oro en la alameda,
sobre ramas verdes con puntas de plata.
Olor a verano tiene la mañana,
campo de trigo con amapolas,
que se hacen feria con el roce del viento
y como amantes gimen al sentir su aliento,
Olor a verano tiene la mañana.
F. Rubio
Colores de tu alma:
así queda mi corazón,
cuando tu luz lo ilumina,
atrapado entre la mar y los pinos,
reflejando colores cálidos,
rojos, violetas y dorados,
como las puestas de sol en verano,
creando el horizonte con colores de tu alma.
Mi corazón se acelera cuando escucha tu voz,
susurrándome al oído,
como el viento cuando mueve la arena,
como los pinos cantándole a la tarde.
Mi corazón se calma,
Cuando se refleja en el espejo de tu mirada,
cuando tu belleza emana,
colores de tu alma,
rojos, violetas y dorados.
F. Rubio
Cartas de amor:
escribiendo cartas de amor,
cartas como pergaminos antiguos,
que con el paso del tiempo,
No hay fuerza en el universo,
para expresar lo que siento.
sobre la cabecera de nubes
Como espuma salada del mar
para poder navegar
Quiero dormir esta noche,
para poder soñarte a mi lado
y poder abrazarte dormido,
para despertar en el paraíso
y poder mirar
Quiero dormir esta noche,
junto al calor de tu hoguera,
para avivar la lumbre
con el corazón encendido
Quiero pasar esta noche,
escribiendo cartas de amor,
con tinta de besos
F. Rubio
Versos para el recuerdo:
Versos para el recuerdo
Como cuentos de ilusión,
la palabra escrita en el cuaderno,
hojas de la memoria,
no dejes de leerla con amor,
pues son palabras del corazón.
Versos para el recuerdo,
forman parte de nuestro ser
no reniegues lo que sientes
pues sentir es noble condición
trazos de recuerdos y sentimientos
en papel arrugado de emociones.
Como cuentos de ilusión,
escribimos nuestras vidas,
y como niños preguntamos,
como escribir la amistad,
se escribe, con el corazón
y se lee con el alma,
como cuentos de ilusión.
F, Rubio
A tí mujer:
que te dio el perfume
y la frescura,
para inundar de momentos bellos,
el despertar de cada día.
Mujer, alma sencilla y cariñosa,
como la suavidad de las nubes
en días de primavera,
bañados por el rocío sobre las flores.
Mujer, que del dolor repartes vida,
que haces grande
lo que de tu vientre mana.
Mujer, diosa de la belleza,
que los pintores
reflejan en sus lienzos
para el disfrute de las pupilas.
Mujer, nunca cambies tu dulzura,
porque tú eres...
la razón de las maravillas
que la vida nos da.
Porque despertar sin ti
no tiene sentido.
Mujer, madre del mundo,
cuanto te debemos,
y no podremos agradecerte,
tú que todo lo das...
A cambio de tan poco.
Mujer, hermosa,
como los amaneceres soleados,
como las noches estrelladas,
con la luna bañando tu dulzura.
Sé mujer, la razón de vivir,
para que la vida,
te devuelva lo que tú...
le das a ella,
Suavidad,
belleza,
dulzura... Y amor.
F. Rubio
Ausencia:
Hoy me he levantado triste,
he mirado tu lado de la cama
y solo encontré
la huella dejada del pasado.
Perfumes perdidos en el tiempo,
pétalos de rosas marchitados.
Hoy me he levantado triste,
no puedo fingir alegría,
mi corazón no entiende tu ausencia
y reclama el sabor de tus besos,
yo tengo que vivir sin ellos.
Hoy me he levantado triste,
mi alma se muere de amor,
tú te marchaste del lecho tibio.
Una bolsa por maleta
y encerrado en ella
iba el dolor,
dejaste rastros de lágrimas,
que derramaban noches de estrellas.
Hoy me he levantado triste,
abro la cortina
y miro la cama,
tan solo quedan trazos de noches
de besos suaves
y dulzor amargo.
La luz del día borra las líneas
que en las sabanas dejaste
semejando planos arrugados
de la cartografía de Eros.
Hoy me he levantado triste,
busco en el cajón vacío,
solo quedan trozos de caricias
y sueños rotos en el fondo.
Con miradas frías del pasado,
y el silencio de las palabras.
F. Rubio
Triste esta la tarde:
Triste esta la tarde
Triste está la tarde,
empieza a oscurecer,
gris se pone el cielo
y gris mi corazón.
Contemplo por la ventana
la gente pasar con prisa,
nadie se mira...
Nadie se para,
qué triste está la tarde,
qué triste mi corazón.
Como extraños en una estación,
sentados en el mismo banco,
sin mirarse el uno al otro,
así me siento esta tarde.
Solo,
esperando que pase el tren de la soledad,
para sentarme
en el vagón de la tristeza,
y mirar a los que nos van dejando
en cada estación.
Qué triste está la tarde,
qué triste mi corazón.
Son estaciones
como el camino de la vida,
-estaciones-
como días de soledad.
Se sientan,
pasajeros que no conoces,
pero hacen el camino
junto a mí.
Luego se bajan
en algún momento de tu vida
y vuelves a sentir la soledad,
triste está la tarde
y el cielo grisqué triste está mi corazón.
F, Rubio (c)
La soledad
en la ventana de mi corazón,
ha eclipsado la luz de tus pupilas.
Nunca olvidaré lo que sentí a tu lado,
como un vendaval de dulzura
tu presencia me elevaba al cielo.
La soledad,
ha oscurecido los recuerdos,
miro y no te veo,
busco y no te hallo.
Tu luz ya no refleja en mi pecho,
se ha vuelto negra,
como la noche sin luna.
Ya no percibo tu presencia,
-quizás-
Eras una quimera,
-quizás-
Eras la soledad.
F, Rubio (c)
Se quebro la llama
Se quebró la llama
En el silencio de la mañana…
como cuando un ángel pasa,
y deja su fragancia de jazmín.
El silencio roto por el sonido
al bailar los dedos sobre el teclado,
como si de una zambra se tratase,
como si tocasen…
martinetes de madrugada.
Leí tus letras que me saludaban,
¡Buenos días amigo!
Recitando poemas?
Despertar de un día pasado,
con amarguras de muerte,
¡Qué bien poder leerte amigo!
Dolor en el alma...
pero tengo que olvidarlo,
porque si no...
Despertar no puedo.
Se fue una vida,
cayó al vacío,
rompió la rama,
como se apagó su vela…
Se quebró su llama.
Pero de eso se aprende
que las pequeñas cosas
son las que nos iluminan.
Pobre alma,
se rompió la mañana.
Sobre el teclado lloro,
sobre el teclado…
suena una zambra,
sobre el teclado mis lágrimas,
bailan martinetes de madrugada.
Buenos días amigo.
Tú… me alegras la mañana.
F. Rubio (c)
Despertar sudoroso y frio
de un sueño que manaba
que te lleva a olvidar
solo reflejamos
con temblores de vejez
hizo cambiar el paso de la juventud.
de haber perdido
que se paro en el ayer.
que me lleva a pensar
que me hiela el sentimiento
momentos que no volverán
en el vacío de la tierra infértil
siento el paso de los días,
como amaneceres huecos
quiero seguir dormido,
para soñar lo que he vivido
sudoroso y frio.
F. Rubio
El niño de los zapatos:
cargado de hombría
apenas trece años
para cargar zapatos de sueños.
Cajas de madera
que mueve cada mañana,
malos modos
tan solo es un niño pequeño.
Faltó a la escuela
diez bocas que llenar.
Por ciento cincuenta pesetas
por mercados de tierra
repleta de calzado
Se para y grita,
señora diez duros el par,
mis zapatos de sueños,
no me riña el dueño,
Cuerpo menudo mirando al suelo,
no le vayan a reñir,
para entregar el sueldo a su mamá.
Zapatos de sueño
con la lona arrastrando
Cuerpo menudo mirando al suelo,
ya no es tiempo de jugar,
hay diez bocas que llenar,
zapatos de sueños