viernes, 17 de julio de 2009

Embrujo de libertad:




Embrujo de libertad:

Embrujo de libertad,
 de un pueblo que no olvida
lo que sus gentes le piden,
 libertad con sus ideales.
Pueblo perdido en los confines
de un río eterno,
como agua en la presa pidiendo
su cauce para continuar el paso
 hacia el riego de las cosechas
en los campos del silencio obligado.


No les dejan vivir,
pero luchan por lo que un día
les quitaron a fuerza de palos.


Embrujo de libertad,
como el vuelo de la mariposa
cuando abandona la crisálida
 para colorear con sus alas las mañanas
de las primaveras de los sueños.

Jamás un pueblo debe estar enjaulado
 con barrotes de sangre y miedo
entre llanos y cumbres de lamentos.

Como el viento libre de los campos,
tiene que respirar en el tallo
de las flores del azafrán,
para sentir el aire de libertad
 que entre cumbres de nieve,
nacerá como nace el sol cada mañana.

Embrujo de libertad,
como amaneceres nuevos,
para ver despuntar las sonrisas de sus madres,
como el brillo del lucero de la mañana
en el inmenso espacio del universo de un nuevo día.

Embrujo de libertad,
como el latir del corazón de un niño,
que cuando nace del vientre de su madre
 nadie le pregunta, ¿ embrujo de libertad
 o la rabia de la opresión?
Libertad para los pueblos y sus gentes.
 
  F. Rubio


martes, 14 de julio de 2009

A mi hijo

A mi hijo:
Anidando en el sembrado de mis manos
te dormías… como la alondra en las siestas veraniegas,
tú… levantabas la carita para mirarme,
yo… te besaba la frente,
y cerrabas los ojitos
sabedor de estar protegido.
Ahora ya casi vuelas en tu propio cielo y,
me cuesta acostumbrarme,
casi que me da miedo, cuando me dices hasta luego,
No, por tu destreza… si no, por la imprudencia de esta vida.
Trasnochadas temblorosas espero tu regreso,
y cuando siento el crujir de tu puerta,
mi corazón desacelera los minutos del silencio,
y mis alas… reposan.

Para mi hijo,, que la vida lo trate bien.

F. Rubio

lunes, 13 de julio de 2009

Perdido :

Perdido :

Cansado de vagar sin norte
gastando mis albarcas de pita.

Perdido, y sintiéndome observado
por corvidos déspotas.

Por fin una puerta que se abre,
una luz en el camino,
un quicio donde sentarme.

Por fin, una voz conocida,
un manantial donde saciar mi sed 
y sanar las heridas.

Un pozo de samaritanos de la palabra
que no recelan del forastero
examinando sus ropas andrajosas
y su rostro cansado.

Ya no me quedaban recodos 
donde mirar,
ni piedras que levantar.

Cada paso se espinaba de guijarros
haciendo de mis pies… 
llantos que cegaban mis andadas.

Por fin llegue a mi destino,
un lugar donde la lluvia se hace sonido,
un paraíso donde siembran las palabras
y se recogen semillas de caricias
con el cuenco de tus manos.

Por fin os encuentro… ya puedo descansar.



F. Rubio

domingo, 14 de junio de 2009

Madrugar día tras día,


Madrugar día tras día,
 



Madrugar día tras día
para engendrar ojeras
de lustros despertares
sin brillos ni alegrías,
Tan solo unos marcados
rasgos de ingrato cansancio.

Hormigonadas madrugadas
dormitando en mi diario
y un salario venido a menos
tiritando en el frío plástico
de una tarjeta anoréxica.

Insomnios de hambre atrasada
postrada en carros de rejas,
En trenas de hipermercados
encarecidos por ogros insaciables
sedientos de beneficios activos.

Madrugar día tras día…,
¿para qué?..
Si al final sigo tan pobre,
Que mi estomago no lo nota
y mi tarjeta no engorda.

F. Rubio

Aliento de vida.


Aliento de vida.

Negros corceles que vuelan
y siniestros cascos que se clavan
en las cabañas del cielo,
que en deformes llamas arden.
Un ángel agitó sus alas
sobre el laberinto de la montaña 
y la madre dormida en el tiempo
creó el aliento de vida
abriendo su vientre de lava,
y los efluvios carnales paridos
se vuelven vaporosos llantos

para los nacidos mortales.
F. Rubio

miércoles, 10 de junio de 2009

Los tres amigos


Los tres amigos.

Cada tarde salen paseando su mirada,
caminando con su compañero el bastón,
Su fiel apoyo… su atril de penas.

Llega hasta su ultima esquina para sentarse en un banco,
a contarle historias a su sombra,
su inseparable amiga, su sufridora callada,
¡esá..! que nunca le engaña, 
y escucha en silencio sus palabras.

Camino amigo, camino hecho,
Entre los tres lo andan, entre los tres lo acaban
No se contradicen, el hombre pone frases a su pasado,
Su bastón lo escucha, 
y la sombra... calla.

Como cada tarde, cuando va llegando la noche,
Los tres vuelven sobre sus pasos
desgastando esquinas ya conocidas,
Mañana volverá a su paseo, con su pilar de palisandro
y su tertuliana sombra, 
que sorda lo mira… pero nunca lo abandona.

Como cada tarde los tres amigos se sentarán en el parque,
El anciano contará recuerdos, el bastón descansará sus años,
y la sombra dormirá en silencio escuchando los rumores viejos.

F. Rubio