Perdido :
Cansado de vagar sin norte
gastando mis albarcas de pita.
Perdido, y sintiéndome observado
por corvidos déspotas.
Por fin una puerta que se abre,
una luz en el camino,
un quicio donde sentarme.
Por fin, una voz conocida,
un manantial donde saciar mi sed
y sanar las heridas.
Un pozo de samaritanos de la palabra
que no recelan del forastero
examinando sus ropas andrajosas
y su rostro cansado.
Ya no me quedaban recodos
donde mirar,
ni piedras que levantar.
Cada paso se espinaba de guijarros
haciendo de mis pies…
llantos que cegaban mis andadas.
Por fin llegue a mi destino,
un lugar donde la lluvia se hace sonido,
un paraíso donde siembran las palabras
y se recogen semillas de caricias
con el cuenco de tus manos.
Por fin os encuentro… ya puedo descansar.
F. Rubio
Cansado de vagar sin norte
gastando mis albarcas de pita.
Perdido, y sintiéndome observado
por corvidos déspotas.
Por fin una puerta que se abre,
una luz en el camino,
un quicio donde sentarme.
Por fin, una voz conocida,
un manantial donde saciar mi sed
y sanar las heridas.
Un pozo de samaritanos de la palabra
que no recelan del forastero
examinando sus ropas andrajosas
y su rostro cansado.
Ya no me quedaban recodos
donde mirar,
ni piedras que levantar.
Cada paso se espinaba de guijarros
haciendo de mis pies…
llantos que cegaban mis andadas.
Por fin llegue a mi destino,
un lugar donde la lluvia se hace sonido,
un paraíso donde siembran las palabras
y se recogen semillas de caricias
con el cuenco de tus manos.
Por fin os encuentro… ya puedo descansar.
F. Rubio
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