He sentido el eco del viento
he balanceado mis manos
acariciando tus suaves contornos.
He columpiado mis labios
sobre tus ojos cerrados
sintiendo el vaivén del vértigo.
He surcado el silencio infinito
rizando mi nuca
con las olas de tu cuerpo.
Pero hace tanto tiempo
que no bebo en tu cáliz
que me siento desierto.
Tanto tiempo abrazados,
que confundimos los sentidos
y soñamos ser uno solo.
Tanto tiempo amándonos,
que los besos quedaron
tatuados de placer.
Tanto tiempo fundidos en gemidos,
que las estrellas se sonrojaron
de suspiros.
Hace tanto tiempo que te amo,
que siento como si naciéramos
una vez tras otra...
Y no quiero que llegue el final.
F. Rubio