Prometo pedirte perdón.
Dejé una vela encendida
y la llama me respondió
Ven a verme mañana
cuando solo estemos
juntos,
con la culpa y el perdón.
Plántame una flor
y el cielo llorará
lágrimas de dolor
para regarla.
Y el cielo lloró,
pero solo un triste llanto
floreció en la tierra.
Se ha llegado a secar el mar,
hasta se apagado el sol
Incluso el cielo se rompió
como un simple cristal.
Y aquí sigo esperando
para poder hablar contigo.
Cargo una cruz de triste nostalgia
de una ausencia que no cesa
heridas sin cicatrizar
palabras enterradas
en un ininterrumpido
y lóbrego dolor.
La flor ya se está secando
en un translucido jarrón,
Y el tiempo va pasando
el camino se hace largo
y no hay señal que lo detenga
no veo un final.
¡Sigue hacia delante!
Siento al viento decir,
¡Camina!
no dejes de caminar
La llama no es eterna
pero tampoco lo es,
la oscuridad.
F. Rubio ©
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